Los efectos de los desprendimientos de tierra pueden ser muy amplios; pueden ocasionar víctimas mortales, la destrucción de infraestructura, daños a la tierra y la pérdida de recursos naturales. El material que se desplaza puede además bloquear ríos y aumentar el riesgo de inundaciones. Los desprendimientos de tierra profundos, provocados por fuertes terremotos o la actividad volcánica, pueden destruir miles de kilómetros cuadrados de tierra y provocar la muerte de miles de personas. Los desprendimientos de tierra tienen efectos devastadores en los medios de vida de los agricultores ya que pueden impedir el acceso a la tierra durante años, destruir las semillas y las existencias de alimentos, dando lugar normalmente a la pérdida de ganado y los cultivos en pie.
Después de un desprendimiento de tierra es preciso restablecer rápidamente los medios de vida y los recursos naturales. La FAO garantiza una estabilización oportuna del sitio afectado –para asegurar que los agricultores pueden iniciar la replantación– y ofrece las semillas y los aperos agrícolas necesarios para establecer la vegetación. Al mismo tiempo que se ejecutan actividades de recuperación inmediata, la FAO fomenta también actividades relacionadas con la ordenación de las cuencas hidrográficas y la conservación de montes dirigidas a prevenir la erosión del suelo con el fin de evitar futuros corrimientos de tierra. Además, la Organización realiza las evaluaciones sobre riesgos y peligros y la cartografía adecuadas, y diversifica los tipos de cubierta vegetal y de especies cultivadas para fortalecer la resiliencia de los agricultores aumentando la variedad de medios de vida y reduciendo el riesgo de desprendimientos de tierra.
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